La Carne Cruda (2013) (Desarrollo I)
- Samuel Lema
- 7 mar 2018
- 4 Min. de lectura

En 2012 rodamos un cortometraje inspirado en la historia de Armin Meiwes, conocido en el mundillo de los psicópatas como "El Caníbal de Rotemburgo". Un tipo que en el foro The Cannibal Cafe posteó un anuncio en el cual requería hombres de entre 18 y 30 años en perfecto estado físico que deseasen ser devorados.

A su delicioso anuncio contestaron unas 400 personas, de las cuales, alrededor de la treintena, se presentaron en la puerta de su casa, siendo todas rechazadas por Armin al pensar éste que no estaban preparadas para formar parte de su singular despensa.

Pero un ingeniero berlinés, Bernd Jürgen Brandes, con ciertas particularidades en cuanto a su forma de entender las relaciones sexuales, diagnosticado de depresión severa, se presentó en su casa al grito de "yo soy tu carne". No contento con formar parte del banquete, desde la perspectiva de quién llena el plato (literal), quiso aderezar el singular ágape con una sugerencia culinaria de su propia cosecha: pretendía que Armin le seccionase el pene, comérselo en amor y compañía, y después, tú mismo con tu mecanismo. Tal cual. Sin que mediase violencia alguna. Todo muy pactista y civilizado. Así fue, como diría Kurt Vonnegut.

El final de la historia? Le cortó el pene, se lo comieron juntos y revueltos, acompañando la cena de patatas princesa y un buen vino húngaro.
Armin, tan sólo tuvo que lidiar con un pequeño problema: durante la cena de confraternización Bernd tenía un buen colocón de tranquilizantes, entre eso y la pérdida masiva de sangre, por razones obvias, Armin decidió prepararle un baño de agua caliente, momento en el que Bernd se desvaneció. En la misma bañera comenzó a descuartizarlo pero por lo visto aún continuaba vivo. Esto habría que contrastarlo con las más de cuatro horas de grabaciones que Armin había realizado registrando todo el proceso, y que llevó a los magistrados y policías que investigaron el caso a ser tratados psicológicamente.
A lo largo de un año Armin Meiwes fue devorando el cuerpo de Bernd, el cual mantenía despiezado en una arcón refrigerante. Hasta 20 kilos se zampó.
Una vez agotadas las provisiones, dando fe de sus capacidades gastronómicas a través de un diario donde describía que partes del cuerpo estaban más sabrosas y como las preparaba, al más puro estilo Roland Topor y su "Cocina Caníbal"...
«Sabe bien. A cerdo, aunque un poco más ácida y fuerte»
«Freí un un trozo de carne –una pieza de su espalda – hecha con lo que llamé patatas princesa y coles. El primer bocado, por supuesto, fue muy extraño. Fue un sentimiento que no puedo describir. Había pasado más de 40 años esperando por él, soñando con él»
... decidió volver a las andadas y postear otro nuevo anuncio, además de describir sus experiencias antropofágicas previas con pelos, señales, uñas y dientes. Un estudiante austríaco, suponemos que un freakazo de tomo y lomo (el resto barremos para casa), puso en concimiento de la policía los hechos.
Armin Meiwes fue condenado a cadena perpetua revisable en 2006. En un primer juicio la corte de Kassel lo había condenado a 5 años de prisión por homicidio consentido.

Varios aspectos nos empujaron definitivamente a afrontar el proyecto:
El pactismo ante un hecho de naturaleza violenta, ante un hecho contranatura.
Las propias carencias técnicas y logísticas nos llevaron a una optimización de recursos y a una concepción estética acorde con nuestro background. No hay que olvidar que el presupuesto del corto estaba fijado en torno a los 3500 euros.
Nuestra fijación en estéticas del género y la hibridación de varias formas cinematográficas: Gerald Kargl, George A. Romero, Dreyer, el expresionismo de la UFA, y el surrealismo de Svankmajer.
La interrelación entre el tratamiento de los grandes tabúes humanos (suicidio, canibalismo, incesto) y la desviación afectiva y emocional como consecuencia de varios factores psicosociales presentes en la conformación de los perfiles psicopáticos.
El psicópata como personaje central del mundo postmoderno y como representación simbólica de una narrativa que prescinde de la motivación externa como motor accionador del personaje principal.
Una declaración de Armin Meiwes: comer a mi amigo fue como comulgar. Aunque el haya muerto siempre estará vivo dentro de mi. Que nos llevó a enlazar el mundo religioso con el canibalismo ritual. El elemento físico (devorar a un enemigo) se convertía en un elemento espiritual y simbólico (alimentarse del cuerpo de Cristo), como ceremonia de sustitución, haciendo predominar la idea judeocristiana del sacrificio frente a la idea primitiva de supervivencia y transferencia.
La transformación argumental de una historia oscura y violenta en una metáfora / fábula del mundo globalizado y tardocapitalista.
La dialéctica hegeliana por la cual se expresa que el "reconocimiento" supone que para la creación de la identidad individual es necesaria la existencia de otro, la existencia de otro que avale tu propia identidad, en el marco de la relación dialéctica entre el Amo (Herr) y el esclavo (Knecht).
Y sobre todo, la fijación en un cine, el underground, como estética y actitud, como herramienta política, artística y combativa.
Así, investigamos, construimos un argumento, realizamos varios storylines, una sinopsis y un guión. Un guión que titulamos LA CARNE CRUDA.











Continuará...
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